"La Ciencia es mucho más una determinada forma de pensar que un cuerpo de conocimientos" Carl Sagan
sábado, 21 de noviembre de 2015
Primero vino el fuego, el árbol que ardía, la floresta incendiada que aquellos hombres monos mirarían pasmados. Luego la quemadura y el grito: hubo una conjunción momentánea y milagrosa; apenas el fuego y la piel se separaron nació todo relato y cada mínima leyenda.
Hablo del origen, de la vegetación de piel húmeda.
De la selva sudorosa y tranquila.
El trueno metálico, la madera elemental.
Era el tiempo en que nacían los lenguajes
cuando el mito rodó por los fogones.
De la tribu sentada junto al fuego,
como ahora
nosotros.
Del grito de la horda, del sonido
áspero, de la piedra contra la piedra
ablandándose,
haciéndose lenguaje, sometiéndose
a la lenta presión de la gramática.
La especie hacia pie sobre la roca viva,
los días eran cortados a cuchillo,
la noche apenas duraba.
Las cavernas se poblaron de alfareros,
entre griegos nacía
la imperfecta redondez de la cerámica.
y el primer relato: "yo hice esto".
"Yo lo fabriqué", "contiene el agua".
Las palabras viajaron
cambiando
las formas,
inventando
las costumbres,
adaptándose
a la torre y al arado.
Los metales temblaron.
Alguien saludó a alguien,
alguien dijo
que tuvo miedo esa noche.
El viaje, el peligro, el trueno,
se hicieron relato, anticipando
la Illíada y la radio.
Por eso es que a veces
nos callamos frente al fuego,
reavivando fogones ancestrales,
evocando esa memoria de la especie, donde duermen vigilantes las abuelas
tejedoras.
Leonardo Moledo
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario